La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha trazado una hoja de ruta para mejorar la gestión del Parque Regional de Sierra Espuña, ante el aumento de la demanda de uso público y los impactos ocasionados en sendas y pistas por el conjunto de actividades recreativas y deportivas.
Para ello, ha previsto una serie de reuniones a lo largo del presente año con deportistas expertos y con representantes del 'Grupo de ciclismo responsable en Sierra Espuña' con el fin de consensuar las diferentes acciones a desarrollar.
Según las conclusiones de un informe de evaluación realizado entre 2013 y 2015, el ciclismo de montaña es una de las actividades más intensas que se realizan en las sendas de Sierra Espuña.
Las fuertes pendientes y los tipos de sustrato son factores que favorecen los fenómenos erosivos. Por otro lado, el aumento de estas actividades en el parque está provocando el incremento de la anchura de los senderos y, sobre todo, la creación de sendas paralelas y atajos en línea de máxima pendiente (tramos en zigzag o entre horquillas).
Ante esta situación, se plantea la conveniencia de trabajar con todos los actores interesados para reducir los impactos que las actividades deportivas y recreativas producen en el espacio protegido, así como programar la restauración de los tramos afectados, la mejora de sendas apropiadas, su señalización y llevar a cabo campañas de sensibilización entre los distintos usuarios del espacio protegido.
Protocolo de seguimiento
El trabajo 'Desarrollo de la información básica para la elaboración del Plan de seguimiento para la conservación y protección del Parque Regional de Sierra Espuña' considera el incremento del uso público recreativo y deportivo como una de las amenazas para la biodiversidad más generalizadas en este espacio protegido.
Por ello, plantea la necesidad de realizar una evaluación más detallada de los daños ambientales en los viales, así como establecer un protocolo de seguimiento a corto, medio y largo plazo, para conocer su evolución a lo largo del tiempo.
Los resultados preliminares muestran la necesidad de poner freno al incremento de nuevos trazados monte a través, generados por atajos y nuevas sendas, mediante la restauración de tramos con afecciones, el cierre de zonas en riesgo, señalización, mejora de sendas apropiadas y campañas de voluntariado y sensibilización.
